La práctica del arte y el contexto social en el que se desarrolla mantienen flujos constantes de influencia mutua, que nos proponemos estudiar y cuestionar. Para ello, situamos la práctica del arte como investigación y la investigación acerca de esta práctica, como nodos vertebradores de un biotipo creativo y cultural sostenible. Es mediante las formas y discursos que el arte aporta al mundo contemporáneo, tanto en sus confluencias en el ámbito de las industrias creativas y culturales como las que se resisten o son excluidas, como interpelamos a dichas industrias.

Además, es importante considerar las cristalizaciones surgidas de las interacciones entre el arte, los movimientos sociales y el pensamiento y los discursos críticos de las últimas décadas. Esta transversalidad crítica nos lleva a vincular nuestro estudio con arenas disciplinares como las humanidades, la educación y la tecnología. Asimismo, destacamos la relevancia de las perspectivas feministas como punto de vista esencial. Dados estos fundamentos, desplegamos las tres líneas de investigación siguientes: 

• La primera atenderá a las formas y discursos distintivos del arte que participa de y en los referentes a la identidad, la educación, el feminismo interseccional, el poscolonialismo y el posgenerismo. 
• Enfocamos la segunda en la situación del sector creativo y cultural, en relación con las condiciones sociales, económicas, laborales y legales en las que se desarrolla la actividad profesional de lxs artistas. 
• La tercera trata las intersecciones entre arte y la tecnología, que asumen la noción de lo tecnológico al considerar sus dimensiones materiales y simbólicas. Los significados de la relación entre arte y tecnología tienen en cuenta las prácticas artísticas (sonora, visual, escénica, performativa y multidisciplinar), los cuerpos, las mediaciones, las redes y las producciones sociales.